jueves, 15 de marzo de 2012

Sinestesia

Te imaginas que pudieras escuchar los colores, o poder oler un sonido? Algunas personas pueden hacerlo, debido a una propiedad llamada sinestesia. Pero la mayoría de ellas no saben que son sinestésicas, y tienen una sensación de certeza sobre sus percepciones: sienten que su forma de sentir el mundo es la normal, y cuando algo no se ajusta a ese esquema, les produce una cierta sensación de desagrado. 


 

El campo de estudio se ha extendido desde la sinestesia grafema-color hasta variantes como sabores evocados por música, sabores evocados por las palabras, estructuras espaciales evocadas por unidades de tiempo, colores evocados por la música, etc. 

Por sorprendente que pueda parecer, hay personas capaces de oler un sonido, ver un olor o escuchar un color. De hecho, todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos tenido esta habilidad. Este fenómeno es conocido como "sinestesia", y consiste en la unión de distintos sentidos por la que, a la percepción de un estímulo sensorial determinado, se une la experiencia subjetiva de otra percepción distinta sin referente externo. 


Este fenómeno tan curioso como desconocido, se da en una de cada 1.000 personas. Muchas de ellas no saben que lo son, ya que piensan que su forma de percibir el mundo es común al resto de las personas. 

El fenómeno de la sinestesia ha sido conocido durante mucho tiempo, aunque su estudio científico es relativamente reciente. Ya en el siglo XVIII se encuentran escritos como el de Castel, en el que se hace referencia a estudios previos sobre un caso de sinestesia en una persona ciega.  



 

EL REGATEO. UNA ESTRATEGIA NUMÉRICA Y COMERCIAL.


El regateo ha sido y es todavía una actividad universal del ámbito comercial. En el mundo occidental prácticamente ha desaparecido ya, pero en otros lugares esta práctica continua viva en mercados tradicionales y en aquellos vinculados al turismo. El objetivo del regateo es que el vendedor y el comprador de un artículo lleguen a u acuerdo satisfactorio para ambas partes. Suele comenzar el “tira y afloja” el vendedor, quien comienza diciendo un importe que el comprador debería pagar para hacerse con el artículo. Ya forma parte del juego que la primera suma sea exagerada, a veces muy exagerada, por lo que el comprador debe contrarrestar esa primera oferta con un precio bajo. Pero no excesivamente, porque el vendedor podría sentirse ofendido y excluir al comprador, dando por terminado el trato.
Si el vendedor comienza ofertando, conseguir reducir el precio hasta aproximadamente la mitad debe considerarse como un gran éxito, aunque esto puede cambiar si es el comprador quien oferta primero.

Un primer modelo matemático del regateo puede ser lineal, es decir, que la variación de los precios ofertados por ambos contendientes siga un patrón de proporcionalidad. Es el más sencillo sin duda, pero es totalmente inapropiado, ya que en la práctica los valores ofertados no aumentan o disminuyen a intervalos iguales, sino que varían cada ve a menos a medida que se aproximan al acuerdo; Por ejemplo, si ofrecemos 100 euros por un televisor, nuestra segunda oferta puede que llegue a ser 200, pero sin duda no ofreceremos 400 la siguiente vez, y mucho menos 800 a la siguiente, si partimos de los 100 iniciales.

Más adecuado sería un modelo curvilíneo , La correspondiente al comprador C(X) sería creciente y cóncava; lo que significa que el comprador ofrecerá cada vez cantidades mayores pero cuyas diferencias entre puja y puja irán disminuyendo.
Por el contrario la curva del vendedor V(X) sería decreciente y convexa; con diferencias de rebaja cada vez menores.

Ahora bien el punto de la hipotética gráfica donde se corten estas dos curvas sería el precio satisfactorio para ambas partes del trato. Sin embargo a la práctica, la gente no suele pensar si el vendedor/comprador tendrá en mente una gráfica curvilínea, por lo tanto siempre se tiende a buscar precios que en el caso del comprador sean más bajos que el punto satisfactorio, y en el caso del vendedor puntos que estén por arriba de éste con lo que los regateos suelen ser un lío... pero esto es mejor para los regateos ya que si se supiera siempre el valor de la gráfica, se perdería esta tradición.

Langostas Mantis Boxeadoras... y... ¿Luz polarizada?


Los estomatópodos (Stomatopoda) son un orden de crustáceos del superorden Hoplocarida, conocidos coloquialmente como galeras, langostas mantis, mantis marinas, langostas boxeadoras, y esquilas.

Se les llama mantis por presentar cierto parecido con tales insectos, en particular unas extremidades anteriores raptoras y el mimetismo; la capacidad de distinguir la luz polarizada y reaccionar ante ella. Los ojos de los camarones mantis (Odontodactylus scyllarus - Odontodactylus latirostris) podrían inspirar a la siguiente generación de DVDs y CDs, según un nuevo estudio de la Universidad de Bristol, publicado en Nature Photonics.
Los camarones mantis que se han estudiado se encuentran en la Gran Barrera de Coral en Australia. Estos crustáceos, tienen los sistemas de visión más compleja conocida por la ciencia. Pueden ver en doce colores (los humanos ven solo en tres) y pueden distinguir diferentes polarizaciones de luz.
Las especiales células sensibles a la luz de los ojos del camarón mantis actúan como láminas en un cuarto de onda - que puede girar en el plano de las oscilaciones (la polarización) de una onda de luz que viaja a través de él. Esta capacidad hace posible que los camarones mantis religiosa conviertan la luz polarizada linealmente a luz polarizada circularmente, y viceversa. Algunos mecanismos fabricados por el hombre, placas de ondas, realizan esta función esencial en CD y DVD, y en filtros polarizadores circulares para cámaras.

El aspecto externo destacado de los ojos y su carácter de depredadores que consumen vorazmente a otros animales. Reciben el nombre de "boxeadoras" por que son capaces de realizar ataques rápidos y violentos y se sabe que algunos especímenes han roto de un golpe el cristal del acuario. La especie Erugosquilla grahami, nativa de los mares de Australia tiene documentada la Marca de 5 milisegundos.

Su longitud puede alcanzar hasta 30 o incluso 38 cm. El caparazón de las mantis marinas cubre la cabeza y los ocho primeros segmentos del tórax. Presentan una gran variedad de colores, desde llamativos rojos, naranjas, morados, verdes, blancos, azules hasta marrones y ocres, contando también con pálidos y fluorescentes. A pesar de que son animales comunes y están entre los depredadores más importantes en aguas someras en muchos hábitats marinos tropicales y subtropicales, son poco conocidos, ya que muchas especies pasan la mayor parte de su vida escondidas en madrigueras y agujeros.

Son agresivas y generalmente solitarias y pasan la mayor parte del tiempo escondidas en formaciones rocosas o en madrigueras con pasadizos intrincados, en el fondo del mar. Prefieren esperar a que la presa se acerque de manera azarosa para atacarla y matarla, a diferencia de la mayoría de los crustáceos, que persiguen a la presa. Rara vez salen de sus escondites y pueden ser diurnos, nocturnos o crepusculares, dependiendo de la especie. La mayoría de las especies viven en mares tropicales y subtropicales, como el mar Caribe o los océanos Índico y Pacífico, entre el este de África, Hawai y América tropical, aunque algunas viven en mares templados, como Squilla mantis.